El máximo interés que podrán cobrar las entidades financieras por créditos distintos al microcrédito desciende en 244 puntos básicos frente al que estaba vigente en el segundo trimestre.
El tope máximo de interés que se puede cobrar para créditos ordinarios y de consumo cae a niveles de hace dos años.
Desde el segundo trimestre del 2008, la tasa de interés de usura o tope máximo que se puede cobrar para los préstamos distintos al microcrédito viene bajando, aunque a un ritmo mucho más lento que otras tasas de interés, como la del Banco de la República o la DTF.
En el período abril-junio del año pasado, este límite llegó a un máximo de 32,88 por ciento, luego empezó a bajar y ayer la Superfinanciera decretó que será de 27,98 por ciento para el tercer trimestre del 2009. Este nuevo nivel implica un descenso de 244 puntos básicos frente al que estaba vigente en el segundo trimestre y de 355 puntos frente al de diciembre, justo el mes en el que el Emisor comenzó a bajar sus tasas que desde entonces se han recortado en 550 puntos básicos (pasando de 10 a 4,5 por ciento).
Si bien los descensos del Banco de la República no se replican inmediatamente en las demás tasas de interés de la economía, se debe tener en cuenta que este año el mercado del crédito también ha estado afectado por otro factor: la menor demanda por parte de los deudores y la menor oferta de los establecimientos, que están más temerosos de prestar ante el aumento de la morosidad. De hecho, aunque la tasa de usura del segundo trimestre del año estaba en 30,42 por ciento, el interés promedio de los créditos de consumo (que se consideran como los más caros) en abril era de 24,04 por ciento. Claro, en este promedio se incluyen entidades que cobraban intereses de 29,43 por ciento, como la compañía de financiamiento Serfinansa (que emite las tarjetas de crédito de Olímpica) o de 18,87 por ciento en el Banco de Crédito.