Y tú que opinas?

en Indonesia. Sucede que en este país de 230 millones de habitantes -de los cuales casi un 90% profesa la fe musulmana, cifra que lo convierte en el país con mayor número de musulmanes del mundo-, están en auge los bancos islámicos que se rigen bajo los preceptos del Corán. ¿Pero qué diferencia tienen con nuestro sistema financiero? Uno de los puntos clave, que seguramente dejaría con los pelos de punta a más de un prestamista, es que estos bancos no cobran intereses. Como el Islam condena la usura, el cliente que adquiere un crédito no debe pagar ni un centavo más del dinero que recibió prestado. Pero, claro que la moneda tiene otra cara y es que estos bancos tampoco pagan intereses si un ahorrista quiere "hacer crecer" su dinero, por ejemplo, en un plazo fijo. Pese a que no cobran intereses, los bancos islámicos no son organizaciones de caridad. En los préstamos comerciales, cliente y banco comparten el riesgo de inversión de acuerdo a los términos acordados en un contrato. Esto significa que dividen las ganancias, o en su caso, las pérdidas. Claro que antes, la banca debe aprobar el proyecto para obtener financiación. La autorización no se remite sólo al respaldo del cliente sino también a la destinación de los préstamos. ¿Cómo es esto? Los bancos islámicos –basándose nuevamente en las prohibiciones del Corán- no pueden financiar ninguna empresa relacionada con el juego, las armas de fuego o la producción de alcohol. Así por ejemplo, quien necesite una mano para abrir un bar nocturno, seguramente éste no sea el lugar adecuado para solicitar un adelanto Hasta el momento, el país asiático cuenta con más de 20 bancos que abrazan el modelo islámico conocido como "banca sharia". Para tener una idea de cuánto dinero mueven estos nuevos gigantes, el año pasado lograron atraer depósitos cercanos a los 3.000 millones de dólares