Buena parte de los servicios bancarios en los países en desarrollo, y especialmente en Africa, están surgiendo en forma de banca móvil. Esta “banca de los pobres” utiliza los servicios de telefonía móvil y opera tanto en las transacciones internas (por ejemplo para compras) como para las transferencias al exterior. Las razones del éxito de este tipo de banca son simples: es rápida, sencilla y segura, dado que el dinero se transmite de modo inmediato y mucha gente posee o tiene acceso a un teléfono móvil. Además, los sistemas de tarjeta de prepago flexibilizan aún más los modos de uso, y se pueden aplicar también a las transacciones bancarias (por ejemplo, se pueden comprar tarjetas con fondos que después pueden ser transferidos sin coste mediante un SMS).
Por esta y otras razones, la telefonía móvil dista mucho de ser un lujo en los países en desarrollo y así el crecimiento de las suscipciones de servicios móviles es mucho mayor en Africa que en Europa o Norteamérica.
Los datos de la International Telecommunication Union publicados en IEEE Spectrum Online en 2006 demuestran que, desde 1999 a 2004, los africanos han suscrito tantos contratos de telefonía móvil como los asiáticos y su crecimiento ha sido casi tres veces más rápido que en el caso de los americanos. La mayor parte de este crecimiento sucede en la región sub-sahariana, la más pobre del continente.
Paul Lamb reflexiona en Smart Mobs sobre las razones por las que, paradójicamente, la banca móvil no se ha desarrollado igualmente en los países desarrollados y, en especial, proporcionando servicios al creciente colectivo de inmigrantes que neceistan realizar transferencias a sus países de origen. Además, mientras que en Japón es habitual utilizar servicios de banca por móvil para pagos en comercios, esto no sucede en Europa o Norteamérica. Hasta el momento las regulaciones bancarias y la falta de interés de las entidades han impedido el desarrollo de servicios móviles, lo que marginaliza a los inmigrantes y/o les hace incurrir en el pago de altas comisiones (por ejemplo, en Estados Unidos de hasta el 15% por una transferencia internacional).